Cada domingo por la noche, nada mas llegar de nuevo a Cartagena, nos dirigimos sin previo aviso, al piso del Pedro, Ana Alicia y Lorkino. Por lo menos nos llevamos la cena.
Hace un par de semanas, llegamos como Pedro por su casa, ensuciando platos con pan pizas y por supuesto, mucho mucho alboroto. Es facil... Edu = Desastre = Alboroto.
Para colmo nos quedamos con hambre y Chema y yo bajamos al chino. Vi algo que me llamó mucho la atención: una caja verde que ponía KAO LIENCH CHEING o algo así... no lo recuerdo bien. Sabía que esa noche no dormiría si no le preguntaba a la chinica que que significaba eso, así que tuve que hacerlo. Siempre digo que los chinos son los mejores, porque me hace muchísima gracia la cara que tienen. La chinica se extrañó con mi pregunta, pero se dispuso a responderme. El Chema no daba lugar a lo que estaba viendo, se apartó y comenzó a reirse a mi espalda. Sin embargo, yo, agunte lo que pude sin reirme mientras la chinica, con voz de chinica, me explicaba que eso significaba licor de arroz. Hasta que no pude mas y comencé a reirme a carcajadas en toda su cara.
No volví a ir a ese restaurante hasta... la semana siguiente, para ver si me decía algo. Era domingo y volvíamos a ir al piso de los mencionados sin avisar, pero esta vez, solo el Edu y yo. Nada mas llegar acompañamos al Lorkino a por carbon al coche. Estaba acostumbrado a ver como los moros roban en las cabinas de la calle. Miré de un lado a otro, no venía nadie, y comencé darle unos golpes a la cabina a ver si salia algo. Cinco céntimos robé, me sentía como un moro, pero siendo amigo del Edu.
Y bueno, esto fue una de las muchas cosas que hicimos en el piso...(Pulsa READ MORE para ver las fotos).
La una de la mañana. Decidimos que ya era hora de irnos, pero, no se como, prefirímos tirar gelatinas a los coches que pasasen. La Ana Alicia, guardaba sus gelatinas en un muñeco de plastico en su estantería. El Edu se moria de ganas, así que se lanzó sobre el muñeco para abrirlo y coger las gelatinas. Intentaba girar la cabeza del muñeco, pero no se abría. Pero antes de que lo abriese a su manera (contra la pared), se abrió. Raro era que no hubiese pasado nada, por lo que al instante despues de abrirlo, el muñeco se resvala de sus manos y todas las gelatinas quedan esparcidas por la habitación. Como he dicho antes: Raro sería.
Después de tirar gelatinas a los coches y a un borracho que pasaba por ahí, por fin, nos fuimos dejando atrás el piso como nuevo.
El domingo que viene vamos al bingo, ya os contaré. No os lo perdais.




viernes, 27 de febrero de 2009
62. Al otro piso.
61. Comiendo fuera.
Por desgracia para todos, nos cortaron el internet en el piso. ¿Por qué? Porque no pagamos. ¿Pero por qué no pagamos? Eso preguntadselo al Edu, que es el que dona su dinero a los pobres niños de África. Así que solo podré actualizar los fines de semana dandoos un breve resumen de lo sucedido y espero, muchas cosas más.
La semana pasada, Chema y yo, decidímos ir a comer a una especie de restaurante al que llaman Galeón. Impacientes, esperamos a que el Edu llegara de la universidad, para comentarle nuestra decisión. Supuestamente salía a las 12 de clase. A las 13.30 aun no había llegado, lo llamamos al movil, pero, como era de esperar, no lo cogío. ¿Para qué va a llevar el movil en el bolsillo? "¡Es que si lo llevo en el bolsillo me da calor!". Es mejor llevarlo en la cartera y en silencio, que no moleste a nadie. Así que nos fuimos nosotros solos.
El Galeón es famoso por sus gigantescos bocadillos de barra, los SuperGaleones: dos hamburguesas, lechuga, tomate, mayonesa, jamon york, queso y patatas fritas a parte. Un poco después de pedirnos uno cada uno, el Chema recibe la esperada llamada del Edu, que, increiblemente, había mirado el movil antes de las 14.00.
-"Estamos en el Galeón, que te vengas pa' ca".-
-"¡¡¡Ande cojones está eso!!!"-
Tras varias indicaciones, intentó llegar, pero el Edu no aperecía. Pero al fin, cuando ya estabamos casi terminando, apareció a lo lejos, al final de la calle, en manga corta y con la chaqueta rodeandole el cuello. Sudando, por supuesto.
"¿Quieres un supergaleon?", le preguntamos. Le hecha un vistazo al bocadillo... "¡¡Ah!! Eso no, que lleva cosas verdes." (LECHUGA).
Entónces, acabó pidiendose un bocadillo igual de grande, pero, como no, de lomos y longaniza. Solo hubo un fallo: en Cartagena la longaniza es salchica, pero como si eso le importara al Edu. Cogió el bocadillaco con delicadeza y empezó a dar mordicos pequeñitos y muy muy lentamente. Por supuesto, todos sabeis que eso no es verdad, es imposible que sea verdad. Era tal su ansia por comer, que se le calló un trozo de salchica al suelo. Dejó el bocadillo en la mesa, levantó los dos brazos hacia arriba y dijo:"¡¡¡Aaaaaaaaahhh!!! Se caiga un santo de un altar antes que comida al suelo".
Después de comer pasamos por el McDonal a por un McFlurry. El Chema y yo ya teníamos el nuestro, solo faltaba el Edu. La cola para pedir crecía mas y mas, y el Edu no pagaba. Se puso a contar céntimos gritandome: " Acho, ¿te quieres callar? ¡¡Esperate cojones!!" una y otra vez... No podía parar de reir.
Al fin nos fuimos. "Esto está mas helao' que los pies de Cristo" dijo comiendo a lo bestia.
Veis como tengo razón cuando digo que el Edu es religioso...
domingo, 22 de febrero de 2009
60. Dibujicos.
Una tarde de Diciembre, creo, el Edu y yo estabamos aburridos viendo la tele, ya que no teníamos nada mejor que hacer. Yo no tenía clase, o no fui, no lo recuerdo, y el Edu tampoco.
Al momento empezaron unos dibujos animados, y el Edu, todo emocionado se sentó corriendo en el suelo frente a la tele para no perderse detalle. Creo que era Pocoyo o algo así. Parecían como dibujados a mano por el Chema, con tembleque. Fue entónces cuando tuvimos una idea: hacer unos dibujos animados. Pero... ¿sobre qué?, o... ¿sobre quién?
Adivinadlo, es una pequeña y corta historia, pero os gustará.
59. Estrés.
Bueno, acabamos de terminar los examenes y ha llegado la hora de la relajación.
En realidad, el Edu estaba muy estresado debido a la cantidad de estudio que realizaba diariamente, por eso se relajaba dando golpes a la pared gritando: "¡Viva los moros, I love extrangeros!". También le relaja comer lo mas deprisa posible para no perder un segundo de estudio. Según él: "No puede haber comida en el plato y no estar comiendomela". Pero os aseguro, que eso no es debido a los examenes.
Era tal su estresamiento, que el día antes del examen de informática, nos fuimos los tres de compras al Día. Nos pillaba más cerca el Mercadona, pero el dichoso Edu quería unos yogures que solo venden allí. Resultó que no quedaban, así que el Edu comenzó a dar las gracias amablemente a todo el personal del Día, pero sin alterar demasiado la voz.
Mas adelante, encontramos una estantería con palomitas en lo alto, así que el Edu alzó suavemente su delicada mano para coger un paquete y de repente comenzaron a caer las cajas por detrás de la estanteria. Era de esperar, pero no pude contener la risa. Y más cuando rompió el asa de una botella de cinco litros al cogerla.
Como podeis comprobar, el Edu se emociona con nada. Igual con sus Chocky Chock, sus cereales favoritos. "¡¡¡Que guenos estan los Chocky Chock, hostias!!!", suele decir acompañado de un par de golpes en la pared o en la mesa.
Bueno, ibamos ya de vuelta al piso. El Edu mira la hora: "Las seis... estudiamos dos horicas y ya esta". Una vez allí, nos pusimos a estudiar un poco. En el segundo ejercicio (18:15), el Edu se retiró, ya estaba estresado. Desde ese momento, hasta las once y media de la noche aproximadamente estubo viendo capítulos de series en el ordenador.
Supongo que a eso se debe los buenísimos resultados de sus notas este cuatrimestre. Él estaba muy tranquilo porque curiosamente su profesor de informática se llama Pedro Sánchez. ¿Os suena? Y luego querrá aprobar...
El Edu este no cambia, ¿podrá alguien hacerlo?
sábado, 21 de febrero de 2009
DE VUELTA
Despues de un largo periodo de examenes, lo que suelen llamar ganduleria y tras un desastroso final de temporada con ""Ganga"", he decidido volver a retomar la narración del blog indefinidamente. Mañana mismo publicaré la entrada número 59. Estaos atentos porque no tiene desperdicio. (Por cierto, sigue sin descubrirse el ganador del papel de gelatina. No preocupaos, volverá a sortearse más adelante)
Y supongo que todos os estareis preguntando: ¿Que tal con La Espe? ¿Hay otras chicas? ¿Y los examenes? ¿Como se hace vivir solos en Cartagena?... Pues todo esto y mucho más, aquí, mañana.
Grego.