jueves, 20 de marzo de 2008

30. Segundo intento.

A la tarde siguiente, decidímos volver a intentar jugar a los bolos, pero esta vez, fuimos al Thader a Murcia, que allí seguro que estaba abierta. Edu, Chema y yo eramos quien íbamos, pues los demás aun tenían examenes. A más de la mitad de camino hecho, a cinco minutos de llegar, nos llama Pablo para ver si cabía en el coche. Puesto que la tarde era joven y no teníamos nada que hacer, dimos la vuelta y volvimos a Ceutí para recogerlo. Otra vez de vuelta al Thader, y sin más interrupciones, al rato llegamos. Indecisos, preferímos dar un paseo por el Decathlon. Según el Chema, allí todo se puede probar, y así lo hicimos.


Había una especie de mono impermeable para limpiar rios o algo parecido. Era algo arriesgado ponerme eso ahí en medio, porque es normal probar una bici, unos patines, pero un mono... Me quité los bambos y me metí. Los demás hicieron las fotos y hecharon a correr por si venía alguien a llamarme la atención. Me tiré al suelo de la risa, porque ni yo ni ellos podíamos más.

Conseguí quitarmelo y dejarlo en su sitio sin que nadie nos viese, excepto un par de personas que estaban al lado riendose también. Jugamos con balones de rugby por los pasillos, hasta que le di a una estanteria. Un empleado nos vio pero el maquina no nos dijo nada. Lo probamos todo, por lo menos yo: jugamos con la canasta, maquinas de correr, saco de boxeo, cama elastica, ropa balones, bicis... Entonces nos acordamos de los que estaban estudiando y le hicimos un homenage a Garrido.
Cansados de dar vueltas, salimos del Decathlon, pero ya no habían ganas de jugar a los bolos. Así que directos al McDonald a merendar. Después de pasar el apuro de no llevar ni un duro para pagar, nos sentamos en la mesa a disfrutar de la hamburguesa (dios que pareado ma' salio). Nos dimos cuenta que había un chico, ligeramente afeminado, que no dejaba de mirar al Edu. Ya se puso nervioso y nos fuimos. Durante un rato vímos un espectaculo de baloncesto de paralíticos en la zona central, y cuando nos cansamos, nos fuimos. A la salida, el Edu volvió a comprar un par de Rascas de la ONCE. Los dos llevaban premio, pero de 1€ y 0.50€, así que con ese dinero compró mas Rascas. Estuvimos casi diez minutos viendo como el Edu rascaba, ganaba 0.50€ y pedía otro. Después de aquello, dejamos al tio sin Rascas.
Por fin en el coche, el Edu se confundió de salida y pasamos un momento perdidos. Pero encontramos la rotonda buena, y si querer se salto la salida que venía a Ceutí. Por lo que dimos otra vuelta a la desesperante rotonda con semaforos. Con suerte llegamos a casa, con otra tarde bien aprobechada.

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jueves, 13 de marzo de 2008

29. Vueltas - 3ª Parte - "McDonald".

Mirando todos los pasillos y aprobechando que estabamos allí, el Edu se compró una maquina de calar, el sueño de cualquier chico. De la música pasamos a los libros. El detalle fue el Edu hechandole un vistazo a un libro de kamasutra. Nos cansamos de dar vueltas por el Eroski y al salir, el Edu decidió comprar un Rasca de la ONCE, que cómo era de esperar no tocó nada.
Apunto de volver a Ceutí me entró hambre, y cómo ya estábamos montados en el coche, pasamos al McDonald por el McAuto. Esperamos durante cinco minutos, pero nadie nos atendia. El Edu empezaba a desesperarse: "Vaaaaaaaaamos, campeona". Al fin, nos atienden. Con todo el arte del mundo, el Edu me pide una hamburguesa de un euro, y la tia hace las cuentas rápidamente: "Una hamburguesa de un euro.... un euro". En vez de esperar y darnos el pedido, nos dijo que esperasemos ahí adelante. Un poco confusos, nos paramos delante pero el Edu con una sonrisa en la boca, dio la vuelta al McDonald para ponerse otra vez a la cola. Solo de pensar qué diría la tia al vernos otra vez ahí, el Edu paró el coche a medio camino porque no podía conducir de lo que se estaba riendo. Yo me solté el cinturón para bajarme porque me estaba meando, literalmente, de la risa.

Una vez calmados, nos pusimos en marcha porque venía alguien por detrás. Pero el Edu decidió pasar de largo por la ventanilla, y pararse justo donde estábamos antes. Empezamos a renegar, si es que claro, ¿a quien se le ocurre? Volvimos a dar la vuelta al McDonald, y otra vez a la cola. El Edu empezaba a tener prisa.

Al fin, llegó nuestro turno. Después de todo lo esperado, el Edu salió pitando de vueta a Ceutí, eso si, dando otra vuelta a la rotonda. La tarde acabó bien para todos, pero no hubo acción, asi que os dejo éste video, donde no se ve, se nota como me pega. El Edu en estado puro.


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miércoles, 12 de marzo de 2008

28. Vueltas - 2ª Parte - "La búsqueda".

Estuvimos más tiempo parados en la rotonda a la salida del parking que en el parking. El Chema empezó a desesperarse y como de costumbre, nos llego una olor un tanto rara de la parte de atrás. Imaginaos. Conseguimos salir de la rotonda y nos dirigíamos a la estación de autobuses, donde recordaba cerca la bolera el Edu. Estabamos desorientados y seguíamos indicaciones equibocadas del Chema. Al llegar a la calle Mayor, recobramos el sentido de la orientación y dimos media vuelta. Según el Edu, la bolera había desaparecio, ahora se llama Correos. Después de meditarlo, como no podíamos quedarnos parados, comenzamos a dar vueltas a la rotonda pensando a donde ir. Apunto de salir por la ventana estubo una cartera que el Edu llevaba por ahí encima, habría estado bien. Preguntamos a varias personas: "perdone, hemos puesto Calle Bolera en el GPS y no sale, ¿sabe donde esta?"... el Edu pensaba: "!a los zagales estos les gusta parecer subnormales!" Volvímos a la calle Mayor, y como seguíamos sin saber qué hacer, dimos más vueltas en la rotonda del ayuntamiento. Al fin, decidimos ir al Eroski porque era el sitio más cercano donde podíamos ser nosotros. A la entrada hay otra rotonda, y ¿a que no sabeis que hicimos? Dar vueltas. Entramos al parking de la izquierda, pero rápidamente el Edu dio la vuelta porque no quería aparcar al lado de un par de "gitanacos" que habían allí. El Chema renegando y yo riendome, escuchabamos lo que el Edu decía: "joer con los gitanacos, calla yo ahí no aparco, los hincho a collejones como toquen mi coche".

Volvimos a la rotonda de la entrada para ir al otro parking. Cómo no, dimos otra vuelta. Cualquiera que nos viese nos hincha a collejones como dice el Edu. Una vez dentro, vimos a los gitanacos que decía el Edu: "qué asco me dan, copón". pasamos de largo y lo primero que hicimos fue ir a escuchar música. ¿Qué escuchó el Edu?Edurne, por supuesto.
Todos sabeis que los auriculares del Eroski se cuelgan en cuelgan en una especie de clavija para que deje de sonar música. Pero el Edu, tiene que liarla, e incluso viendo los demás auriculares...mirad.

No sabía cómo dejarlos y casi se los carga. Ni que hubiese nacido ayer...

Continuará.

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martes, 11 de marzo de 2008

27. Vueltas - 1ª Parte - "Vega Plaza".

Esta es la bella historia de tres chicos adolescentes, Chema, Grego (yo) y Edu, en la gran ciudad de Molina. Puesto que el Edu tiene coche y ya hemos terminado los examenes, nos dirigíamos camino del Vega Plaza para jugar a los bolos. Con toda la ilusión del mundo nos acercamos a la entrada donde vemos un cartel que decía: CERRADO. Sin más palabras que las del Chema renegandole al Edu, nos dimos la vuelta y entramos a ver tiendas. Teníamos intención de que el Edu se probase, al menos, unos vaqueros, pero es algo imposible. Así que deambulamos de tienda en tienda buscando algo que hacer. Por ejemplo:

Después de estos inolvidables momentos de apuro para el Edu y el Chema, nos fuimos a una tienda de juguetes. Allí obsevamos toda clase de cosas... hasta que llegamos a la zona del Edu. Un pasillo entero lleno de muñecas: grandes, pequeñas, altas, bajas, con sonido, normales... todo un paraíso. Nos llamó la atención algo que decía: "Try me".

Al Edu se le ocurrió la genial idea de buscar otra bolera, que recordaba haber visto. Decidimos ir. Bajamos al parking a por el coche, y como no encontraba la salida, comenzamos a dar vueltas. Al parecer, había aparcado justo al lado de la salida, pero conociendo al Edu, dimos una vuelta completa al parking para hallarla. Menos mal que era gratis, porque para diez minutos que estubimos...

Continuará.

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lunes, 10 de marzo de 2008

26. Haciendo amigos.

Desde que se hizo pública la famosa "cagada" del Chema, todo le ha cambiado. En realidad, gracias a eso, ahora es mucho más popular y se caga menos, pero también da más asco. Este es su segundo paréntesis, tiene que estar orgulloso.

Hoy mismo, nerviosos por el examen, esperabamos en la puerta de la clase al profesor. Todos con apuntes y libros en las manos, repasabamos en los últimos momentos. El Chema estaba sentado en el suelo estudiando, yo de pie a su lado hablando con el Edu, enfrente mio y los demás cada uno a su bola. De repente se acerca un chico de primero de la ESO, colombiano (de los que mejor caen al Edu) que se para al lado del Chema. Sin decir nada se quita la cartera y se sienta a su lado. Ahí nos dimos cuenta que el chico no había leido la historia del Chema, de lo contrario no se habría sentado. El Chema vio la oportunidad de encontrar un nuevo amigo y comenzaron a charlar. El colombiano, encariñado con el Chema, comenzó a llamar a sus amigos para que viesen lo que estaba haciendo, estudiar.
Antes de que el chico se sentara, el Edu y yo, nos miramos cómo diciendo: ¿Que hace éste? El Edu pensaría: ¡¿Qué capullo hace el moro éste aquí?! Cuando se sentó, empezamos a reirnos solo de ver la cara que se le había quedado al Chema. Declaraciones del Chema: "Yo pensaba que era el Pedro Pedro..."
Perdonad por la calidad de las fotos, pero resulta dificil enfocar si te estas riendo.

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25. Gorbachov.

Aún agobiados por los examenes, llegabamos tranquilos al recreo esta mañana. En vez de repasar un poco para un examen horas después, decidimos relajarnos y disfrutar del almuerzo. Algunos de pie y otros sentados esperabamos que algo pasara, y asi fue. El Chema se encontraba sentado en el suelo, apoyado en la pared y sin nadie alrededor. Al parecer, el Edu estaba más tranquilo de la cuenta, por lo que se puso a jugar con la bola que habia hecho con el papel de su bocadillo. La apretó con tanta fuerza que parecia una piedra y me dijo: "Axo Grego, mira. ¡¡¡¡De rebote, de rebote!!!!" De repente lanza la bola contra la pared con todas sus ganas. Su intención era tirar a la pared, que rebotase y le diese al Chema, pero con lo animal que es el Edu, la bola fue directa a la frente del Chema. Después de diez intensos minutos de carcajadas, nos acercamos para ver que tal se encontraba. Sin saber por qué ni cómo y sin hacer nada, el Chema, aún aturdido por la salvajada, se había convertido en Gorbachov. Así terminan la mayoría de los juegos del Edu, sin sangre, pero con alguien herido.


Gorbachov's.


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